Los cereales forman parte de un importante número de alimentos de alto consumo en la población infantil. Chile es productor de avena, trigo y maíz, las principales gramíneas empleadas en la producción de harinas y alimentos elaborados. La preocupación de los agricultores por aumentar el rendimiento y calidad de sus cultivos ha llevado al control de malezas, insectos, bacterias y hongos con una amplia gama de plaguicidas, hecho que conlleva un potencial de riesgo para la salud de la población a través de la exposición, provocando intoxicaciones agudas y /o crónicas. Según consideraciones de los organismos World Health Organization y Environmental Protection Agency de Estados Unidos, teniendo como base el peso corporal, los niños ingieren tres a cuatro veces mas alimento que los adultos y en consecuencia estarán más expuestos a ciertos contaminantes ambientales que la población adulta. Su intenso metabolismo los hace más susceptibles que los adultos frente a efectos neurotóxicos de los plaguicidas y a efectos en el desarrollo del Sistema Nervioso Central, reproductivo e inmune. Estos últimos son procesos secuenciales que comienzan en la organogénesis y continúan lentamente durante la infancia temprana, alcanzando en algunos casos hasta la pubertad, caracterizándose por períodos en los cuales pueden ser particularmente vulnerables al daño frente a la exposición a diferentes tipos de contaminantes, incluídos los plaguicidas. A modo de ejemplo, un niño de 4 años y 6.2 Kg de peso, que tenga una ingesta diaria de 50 g de cereales con un nivel de 0.2 mg/g del insecticida metil-oxydemeton, que corresponde al límite máximo de residuo establecido por el Codex para cereales, tendrá una exposición diaria de 10 mg, valor que excede, solo a través de este concepto, en 5 veces la ingesta aceptable diaria (0.0003 mg/kg de peso corporal/día). En Chile hay escasos o nulos antecedentes respecto a la ingesta dietaria de plaguicidas, la que puede resultar en una fuente importante de contaminación conduciendo a intoxicaciones crónicas, con efectos detectables sólo a largo plazo. Menos aún se conoce respecto al nivel de calidad de alimentos destinados preferencialmente a un grupo etario de la población que, en la Región Metropolitana alcanza una cifra superior a 1.500.000 habitantes (0-14 años, Censo 2002).En este proyecto se busca conocer el grado de contaminación por plaguicidas en cereales empleados como materia prima en la fabricación de alimentos de consumo infantil que se expenden en el mercado nacional. Este objetivo se abordará a través de dos aproximaciones: La primera, establecer el nivel de contaminación de materias primas por herbicidas, fungicidas e insecticidas, específicamente empleados en maíz, trigo y avena, en áreas seleccionadas de las regiones de mayor producción del país y, la segunda, es establecer el grado de contaminación por plaguicidas de alimentos terminados, seleccionados de acuerdo a su nivel de consumo y población objetivo, presentes en el mercado nacional y específicamente en la Región Metropolitana. Se recolectará información respecto al consumo de alimentos elaborados destinados a la población infantil en la Región Metropolitana, objetivo del proyecto. Se obtendrán datos respecto al manejo de los cultivos de trigo y maíz en predios de las Regiones VI y VII y trigo y avena en predios de las Regiones VIII y IX. Se recolectarán estacionalmente muestras de las materias primas que se suministran a las empresas productoras de alimentos en aquéllos predios de mayor importancia en relación con la producción y de los principales productos expendidos en el mercado. Se implementarán y validarán las correspondientes metodologías analíticas para el análisis multi-residuos de plaguicidas. Se aplicarán éstas en la determinación de plaguicidas seleccionados de acuerdo a su uso y posteriormente se llevarán a cabo los análisis que permitan la confirmación analítica de los resultados a través de técnicas confirmativas e inequívocas de detección (Cromatografía de Gases y Cromatografía Líquida, ambas con detectores de espectrometría de masas). Finalmente, se interpretarán los datos obtenidos en función de aquéllos establecidos en las normativas y regulaciones establecidas por organismos internacionales encargados de la temática de residuos: Codex, FAO/WHO, FDA, EPA y los publicados en la literatura internacional respecto a la presencia de plaguicidas en alimentos de consumo general por la población y específicamente por la población infantil. El desarrollo de este proyecto permitirá entregar a los organismos pertinentes información científica que genere la inquietud para reglamentar o recomendar límites máximos permisibles e ingesta aceptable diaria, la que se basará en la realidad de nuestro propio país respecto al uso de tales compuestos, en patrones propios de consumo de este tipo de alimentos y en criterios internacionales actuales para un uso exento de riesgos para la salud en la población infantil. |