RESUMEN
Podría decirse que Chile exhibe una política habitacional líder entre los países del tercer mundo, tanto por su continuidad como por la eficiencia de su cobertura, en particular por su capacidad de producir unidades que contribuyen a reducir el déficit habitacional. Sin embargo en el último tiempo, el volumen de la demanda ha obligado como nunca antes a tener que optar entre calidad o cantidad de soluciones entregadas. Los problemas resultantes de este dilema, han afectado la calidad constructiva (inseguridad estructural, deterioro acelerado, malas condiciones de habitabilidad, de evacuación de aguas lluvias, de aislación térmica y acústica), a la tipología arquitectónica de las viviendas actuales (tamaño insuficiente, incapacidad para crecer y para constituir espacio urbano, hacinamiento, mala calidad ambiental, falta de privacidad) y al diseño urbano (relegamiento a los peores suelos urbanos de la periferia, distantes de los servicios y equipamientos, entornos inseguros) y cuyas consecuencias sociales y políticas han sido estudiados y retratados ampliamente desde los ámbitos académicos hasta los cinematográficos. Pero más aún: tener calidad y cantidad de viviendas como términos excluyentes, está haciendo que las soluciones actuales, a escasos años de entregadas, vuelvan a ser parte del déficit. En otras palabras, el factor de deterioro nos indica que la reducción del déficit en el escenario actual, no es real ni sostenible, lo que generará una presión extra en el mercado, cosa que no ocurría con las viviendas construidas en los 50 o 60 por ejemplo.
Por otra parte, el MINVU ha iniciado a partir de este año una nueva política habitacional, la cual entre otras cosas, abre un nicho hasta ahora inexistente en el mercado: la Vivienda Social Dinámica sin Deuda (VSDsD). La idea del Ministerio es focalizarse efectivamente en los más pobres, aquellos sin capacidad de endeudamiento; el problema radica en que el monto del subsidio que el Estado es capaz de dar, obliga a reducir a tal punto la superficie inicial de cada solución habitacional, que la ampliación y el crecimiento posterior son la única manera de poder pasar de la mera "solución" a la vivienda. Sin embargo, al igual que en las políticas de las últimas décadas, la nueva política habitacional no provee incentivos adecuados ni para introducir mejoras significativas al diseño de las tipologías existentes, ni para pensar cómo podría ser esta nueva Vivienda Social Dinámica sin Deuda, tal que se pueda elevar efectivamente la calidad de vida de los moradores y entregar soluciones a los problemas exhaustivamente identificados y documentados.
El presente proyecto pretende enfrentar esta problemática abordando simultáneamente la mirada de barrio, la solución estructural y el diseño arquitectónico, tanto de los conjuntos de vivienda social como de las unidades, mediante un trabajo inserto en distintos contextos con características urbanas, sociales y climatológicas específicas. Se propone introducir modificaciones en la tipología arquitectónica y estructural, y en la tecnología de construcción del mercado de la vivienda social, buscando la solución para una ecuación difícil de resolver: cómo producir un conjunto arquitectónico con calidad y densidad de barrio, sin hacinamiento, con viviendas económicas de calidad y que sean flexibles para el crecimiento.
La tesis es que un uso más eficiente del suelo (densidad sin hacinamiento), es la única manera de disolver la actual incompatibilidad entre cantidad y calidad, no sólo porque ello vaya a tener consecuencias sobre la extensión de la ciudad y los problemas asociados a la dimensión urbana de la ecuación, sino porque los ahorros producto de esta eficiencia permitirán mejorar la calidad de cada vivienda sin aumentar el subsidio (que es lo que garantiza la cantidad de unidades entregadas por año).
Para alcanzar tal eficiencia, se propone cambiar el horizonte de la operación del proyecto. Resumiendo en una frase, la idea es dejar de preguntarse cuál es la mejor casa que se puede construir para una familia por 280UF y pasar a pensar cuál es la mejor solución que se puede construir para 100 familias por 28.000UF. Es este cambio de escala el que permite abordar la dimensión del barrio y el que abre la posibilidad de incorporar partes y piezas prefabricadas que contribuyan a reducir costos y plazos de construcción, pero hay que extremar el cuidado para que la densidad que se puede eventualmente alcanzar no se transforme en hacinamiento, inflexibilidad o inseguridad estructural al momento de crecer.
Este cambio de horizonte tanto de la manera de plantear el problema como de las condiciones de la ecuación tiene varias consecuencias, a saber:
1. Se requiere la elaboración de una nueva tipología arquitectónica que consiste básicamente en un edificio que tiene sólo primer y último piso, (una casa en el primero, un departamento en el último) y que es una caso específico de la ley de propiedad horizontal que llamaremos propiedad paralela.
2. Se requiere la incorporación de nuevas tecnologías estructurales las cuales por medio de la separación de estructura y cerramientos debieran cuidar el que el crecimiento de estas unidades ocurra sin comprometer su seguridad estructural., logrando una extensión más orgánica, segura y eficiente.
3. La multidisciplinareidad así como la dimensión internacional de la convocatoria no sólo es deseable, sino que en esta nueva escala es posible. Operar a esta escala requiere y permite tener a los mejores del mundo pensando el problema.
La gestión de esta iniciativa, se desarrolla en tres etapas:
Experimentación e Investigación: Esta etapa considera desarrollo conceptual de soluciones arquitectónicas y estructurales enfocadas a definir un conjunto de Bases para el llamado a Concurso Internacional de Arquitectura para el diseño de 10 conjuntos de viviendas en distintos lugares de Chile. El equipo multidisciplinario de este Fondef definirá un marco para el diseño integral de vivienda social que satisfaga las restricciones de costo y que solucione las actuales deficiencias técnicas. Con la colaboración de la Universidad de Harvard, se convocará a un concurso internacional de anteproyectos sujetos a las condiciones definidas en las Bases de Concurso, de entre los que se seleccionarán los mejores considerando características arquitectónicas, urbanísticas, estructurales, materialidad y aspectos sociales.
Desarrollo y Transferencia: A partir de los anteproyectos seleccionados, se asociarán ganadores a oficinas locales de proyectos, los que en conjunto desarrollarán los proyectos definitivos, bajo la asesoría y apoyo del equipo PUC y las Empresas asociadas al Fondef. Luego se licitará la construcción de 10 conjuntos habitacionales, en coordinación con los Programas de la Nueva Política Habitacional del MINVU y los comités de vivienda beneficiados.
Sistematización y Difusión: Compilación y difusión de los resultados del concurso de arquitectura y de las tecnologías aplicadas en las distintas construcciones, de manera que los actores del mercado conozcan y puedan incorporar las experiencias generadas a través de este proyecto. Creación de un centro universitario de vivienda social, el que en base a la experiencia realizada con el proyecto, se constituya como un organismo permanentemente encargado de gestionar la introducción de tecnología al diseño y construcción de vivienda social en Chile y otros países en desarrollo.
El proyecto busca convocar a las mejores tecnologías y profesionales disponibles en el país y en el mundo para diseñar y construir nuevos modelos de vivienda social que sean capaces de entregar una respuesta a los problemas identificados en la actualidad. |