RESUMEN
La flora chilena presenta 5.981 especies nativas, correspondiendo el 50% a especies endémicas (Marticorena, 1998). De éstas, no más de un 10% han sido estudiadas químicamente. Las características geográficas de Chile, debido a sus condiciones climáticas extremas y a sus barreras naturales, permiten encontrar estructuras nuevas de importancia biológica (citas mías). Este gran universo de especies aún no estudiadas químicamente presenta una gran potencialidad para poder aumentar las exportaciones chilenas de mieles con valor agregado, mediante atributos que diferencien su calidad nutritiva, organoléptica, medicinal y/o aromática específica, derivados de su origen botánico autóctono.
El gran endemismo de la flora de Chile presenta un gran potencial comercial, que hasta ahora no ha sido aprovechado en su plenitud como instrumento de diferenciación de productos apícolas. La investigación incluye la caracterización sensorial y aromática de las mieles y de extractos obtenidos de ellas empleando un panel entrenado, y la realización de análisis químicos específicos que permitan identificar y cuantificar aquellos componentes que contribuyan a establecer las propiedades diferenciables y actividad biológica de mieles representativas de centros de producción melífera relevantes para el país.
El presente proyecto articula áreas de especialización de la Pontificia Universidad Católica de Chile, orientadas a potenciar la diferenciación y valoración de la oferta exportable nacional de productos, tales como el vino, a través del Centro de Servicios (Centro del Vino, CEVIUC) de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal (FAIF) para la obtención del perfil de flavonoides, proteínas y azúcares reductores presentes en las mieles; del Centro de Aromas, para la determinación del potencial aromático, del Laboratorio de Química del Departamento de Ciencias Vegetales para el análisis de actividad biológica de las mieles y la presencia de residuos de metales pesados; todo ello sobre la base de la identificación del origen botánico de mieles mapeado geográficamente a lo largo del país con el apoyo del Centro de Agricultura de Precisión (CAPUC) del Departamento antes mencionado, que fuera creado como resultado de un proyecto FIA en ejecución.
El aroma juega un rol esencial a la hora de determinar la calidad de los productos naturales, por ejemplo, los resultados generados por el Centro de Aromas han permitido optimizar el manejo del aroma del pisco elevando la calidad del pisco a partir de la identificación de más de 30 compuestos involucrados en el perfil aromático del licor. Metodología básica que también es aplicada hoy día al vino, a jugos naturales de fruta y se espera desarrollar su aplicación en la miel . Dentro de los principales compuestos que determinan la calidad aromática de estos productos están los ésteres, terpenos, aldehídos, ácidos grasos, aromas herbáceos y alcoholes superiores. La concentración en que se encuentra cada una de estas familias de compuestos permite evaluar la calidad aromática de un producto natural, siendo necesario generar y validar protocolos y metodologías de análisis para relacionar de manera confiable la calidad del producto y su composición en compuestos aromáticos.
La identificación y cuantificación de los compuestos químicos presentes en mieles, tales como pigmentos antioxidantes del tipo flavonoides o del tipo carotenos, de los contenidos de azúcares y proteínas totales, o de compuestos biológicamente activos ante bacterias y hongos, propiedades heredadas de las plantas que les dieron origen, abre una perspectiva de desarrollo y de gestión de negocios apícolas con base tecnológica para calificar a la abeja como un eficiente rastreador de compuestos activos en comunidades vegetales nativas que transfieren sus propiedades a la miel, propiedades y compuestos que pueden resultar únicos en el mundo en su combinación o por su origen de vegetación nativa y endémica. De esta forma, es posible establecer una base científica, eficiente y objetiva para la diferenciación y control de calidad para la miel, de lo cual se generarán pautas de manejo productivo, de manipulación postcosecha y de gestión comercial orientadas a optimizar dichas características lo que abre una nueva gama de oportunidades de negocios de explotación del rubro apícola.
El desarrollo de servicios tecnológicos orientados a la obtención reproducible de una amplia gama de productos, diferenciados por su calidad aromática, nutritiva y medicinal, y su transferencia a agentes estratégicos de la cadena de la miel, impactarán positivamente en la productividad del rubro ya que permite incursionar en nichos de mercado de mayor rentabilidad, lo que permitirá mejorar el posicionamiento y retorno de sus exportaciones, junto con reducir la incertidumbre en los procesos de producción y gestión comercial en mercados de mayor exigencia y rentabilidad, como ha sucedido en el caso del vino (por sus contenidos de flavonoides), pisco (aromas), y será en el caso de la miel, que tiene la capacidad de ser utilizada como materia prima en la industria alimenticia.
Históricamente cerca del 90% de la producción de miel se exporta debido básicamente al bajo consumo nacional. El promedio del volumen exportado en los últimos 6 años es de 5.000 toneladas, a un precio medio de US$1/kg. Sólo en los últimos 6 meses de 2003, las exportaciones de miel han llegado a las 10.000 toneladas, con un precio promedio de US$2 a US$2,6/kg, situación que se explica principalmente por la pérdida de mercado de grandes proveedores mundiales como China, cuya producción fue rechazada por el mercado internacional debido a la detección de niveles críticos de residuos químicos; pero también este incremento se explica por el esfuerzo mancomunado de pequeños y grandes productores y exportadores de miel, apoyados por las autoridades del agro nacional congregados en torno a la Mesa Apícola convocada por el Ministerio de Agricultura y presidida por ODEPA.Con esto se ha logrado potenciar las exportaciones de miel, en virtud del prestigio de nuestro producto en el exterior. Lo anterior supera con creces todas las proyecciones de crecimiento del potencial de producción de miel chilena, lo que demuestra que con incentivos de mercado apropiados (nichos accesibles), calidad de producto, y coordinación entre agentes públicos y privados, este rubro tiene aún un alto potencial no sólo de crecimiento, sino también de valorización de sus productos, ya que la casi totalidad de las mieles hoy exportadas por nuestro país son enviadas a granel, sin ningun tipo de diferenciación.
Dos grandes oportunidades surgen de este breve análisis. Por una parte se demuestra que el potencial de incremento de la oferta exportable es muy superior a 10.000 toneladas. Si se duplicó de una temporada a otra por oportunidad de precio, será posible entonces aumentar mucho más con un esfuerzo en tecnología de producción y gestión del negocio orientada a captar nichos más selectivos y más rentables, ámbito en el que Chile tiene la experiencia de los modelos de la fruta, y el más cercano, del vino chileno, que busca posicionarse vía diferenciación. Este enfoque es el que el proyecto acoge como desafío, aprovechando las capacidades tecnológicas actuales, y articulando el esfuerzo de agentes públicos, privados (productores, exportadores e industriales) y grupos de expertos. Con ello, el presente proyecto se propone generar las bases científicas para una diferenciación de mieles, en especial de la oferta exportable de este producto, mediante la identificación y cuantificación de los componentes nutracéuticos y aromáticos de importancia comercial presentes en mieles de origen botánico y geográfico conocido, provenientes de comunidades de vegetación nativa. La caracterización de estos atributos a través del desarrollo de protocolos y metodologías servirán de base para la certificación de mieles con valor agregado, generando además la oportunidad de utilizar las mieles nativas como materia prima para encontrar compuestos químicos susceptibles de ser utilizados en la industria cosmética o alimenticia, por sus propiedades aromáticas y/o alimenticias, y como compuesto medicinal por su actividad inhibidora del crecimiento de bacterias patógenas.
La acogida de esta iniciativa por parte de los apicultores, exportadores e industriales asociados al rubro, se constata por una alta receptividad al compromiso participar como asociados en este proyecto, teniendo en su estructura de organización a un representante estratégico de cada agente de la cadena de la miel, entre los que se cuentan productores pequeños (representados por la Red Naciona Apícola F.G.), productores de mayor tamaño (representados por Colmenares Santa Inés, que tambien exporta), una empresa exportadora de miel (Red Apícola Chile S.A. con proyecciones de 20 contenedores de exportación de miel diferenciada, anualmente en los próximos 3 años) y dos empresas químicas del área de aromas y sabores, correspondientes a CRAMER (fuerte en aromas y sabores) y AROMEX (en aromas), que en su conjunto abastecen cerca del 50% de las esencias aromáticas que se transan en el país.
A esta red estratégica de agentes privados, se suma una red de grupos expertos de la PUC, como botánicos especialistas en flora nativa e identificación de mieles, expertos con experiencia en el desarrollo de tecnologías de diferenciación, entre los que se cuenta el Centro de Aromas, el Centro del Vino, el Centro de Agricultura de Precisión y el Laboratorio de Residuos y Metales Pesados de la FAIF-PUC. Con la experiencia de estos grupos de apoyo se espera desarrollar una base científica que permita generar servicios de certificación de mieles por sus atributos de calidad, lo que se espera poner en marcha blanca a partir del segundo año del proyecto, para ajustarlo en el tercer año, lo que permitirá potenciar y consolidar el crecimiento cuantitativo y cualitativo de las exportaciones de miel chilena en el corto plazo. |