Durante los últimos 20 años, Chile ha optado por un desarrollo basado en el comercio internacional, lo que ha llevado a los productores a adecuarse a los estándares de los mercados internacionales. Las exigencias de éstos, respecto a la calidad de los productos y los acuerdos internacionales firmados en el marco de una agricultura sustentable y cuidado del medioambiente, requieren el cumplimiento a las exigencias que esto conlleva. En este contexto, se podría señalar que; si bien el manejo de los plaguicidas ha sido abordado bajo estrictas políticas internas y a compromisos internacionales, existe aún preocupación generalizada, sobre los riesgos asociados al manejo y uso de plaguicidas. En esta línea, la política del Ministerio de Agricultura hace énfasis en los conceptos de calidad y sustentabilidad de la agricultura, materializándolo, con la creación de la Comisión Nacional de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) que están de acuerdo con las prácticas de certificaciones privadas como GlobalGAP (The Global Partnership for Good Agricultural Practice).
El sector frutícola se posiciona cada vez más como uno de los clusters con mayor potencial de crecimiento en el país. En este contexto, la región de la Araucanía, estableció como primer Plan de Mejoramiento de la Competitividad, al PMC-frutícola. El desarrollo de este sector, ha significado sin embargo, un incremento en el consumo de plaguicidas para asegurar un elevado estándar de calidad. Este incremento ha traído como resultado una creciente preocupación sobre los riesgos asociados al manejo y uso de plaguicidas, mas aún, cuando el indicador de intensidad de uso de plaguicidas, ha experimentado un incremento sostenido en la última década en Chile. En particular, el consumo de plaguicidas en la región de la Araucanía se ha incrementado desde 824.539 en 2004 a 1.740.000 Kg ia en el 2006.
Algunos estudios realizados en el país han detectado la presencia de residuos de plaguicidas en productos agrícolas, suelos y aguas subterráneas y superficiales, que superan los límites establecidos por la UE. Esto pone en riesgo las políticas de producción limpia y el cumplimiento de las exigencias de los mercados internacionales. Entre estas destacan el sistema de certificación GlobalGAP, que ha resultado ser una eficiente herramienta para la implementación de prácticas de sustentabilidad ambiental, ya que quedarse fuera de sistemas de certificación, limita la comercialización y el ingreso a nuevos mercados.
La contaminación puntual por residuos de plaguicidas, producto de derrames accidentales, disposición inadecuada de residuos, entre otros, ha sido rigurosamente abordada en la última década en Europa, encontrándose que la contaminación puntual juega un rol preponderante en la contaminación de suelos y aguas. En Chile y particularmente en la Región de La Araucanía, no se ha evaluado la contaminación puntual por plaguicidas, sin embargo, es esperable que la situación sea similar, particularmente en cuencas donde la presión por uso de plaguicidas es elevada, como es el caso de la fruticultura. Por lo tanto el manejo adecuado y eficiente de los residuos de plaguicidas es un tema aún no resuelto y muy necesario de abordar.
Como una solución a lo anterior, se ha desarrollado la tecnología de lechos biológicos, la cual no existe en nuestro país, a pesar de las ventajas que señalan los estudios realizados en diversos países de Europa, que ha demostrado ser fácil de conducir, económica y eficiente para remover residuos de plaguicidas. Los lechos biológicos consisten, en una excavación en el suelo, impermeabilizada, la cual se rellena con una biomezcla compuesta por suelo, turba y residuo lignocelulósico, lo que permite la retención y posterior degradación de los plaguicidas in situ, minimizando la contaminación del suelo y del agua, favoreciendo la sustentabilidad del sector frutícola. Esta tecnología no se puede adoptar sin realizar los ensayos y estudios necesarios que permitan establecer las bases científicas y tecnológicas para su implementación en nuestra Región, dada las diferencias de suelos, climatológicas y disponibilidad de residuos lignocelulósicos.
Por lo anterior, el presente proyecto plantea el desarrollo y la implementación de un sistema integral para minimizar la contaminación puntual por plaguicidas en zonas de producción frutícola en la Región de la Araucanía, que contempla establecer la línea base regional sobre el uso de plaguicidas y el estado de la contaminación de suelos y aguas, el desarrollo e implementación de lechos biológicos y la difusión y transferencia de esta tecnología.
Se desarrollarán y estudiarán lechos biológicos a escala de laboratorio y campo, se optimizarán las condiciones de operación, de acuerdo a distintas condiciones experimentales controladas u optimizadas, caracterizando los materiales y los componentes de la biomezcla, evaluando tiempos de incubación, estudios de adsorción/desorción, degradación, y estudios de lixiviación en la biomezcla. Como componente de innovación, se propone la evaluación de otros residuos lignocelulósicos (cáscaras de cebada y avena) que pudiesen cumplir el mismo rol que la paja y el reemplazo de la turba por biocarbón, debido a que existe preocupación sobre la sustentabilidad del uso de la turba en el mediano plazo. Los estudios de campo contemplan la instalación de lechos biológicos tecnificados que serán utilizados en investigación y como modelo para la difusión de esta tecnología. Estos estarán distribuidos estratégicamente en áreas de desarrollo frutícola de la región de la Araucanía que consideran las comunas de Renaico, Angol, Collipulli, Freire, Pitrufquén, Gorbea, Loncoche y Villarrica.
El plan de difusión y transferencia tecnológica se desarrollará durante todo el periodo de desarrollo del proyecto. Este plan contempla la realización de días de campo, para visitas a los lechos a escala real en funcionamiento, talleres, seminarios y Workshops; preparación de material de difusión como cartillas, afiches, y un manual de construcción y operación de lechos biológicos. Además el proyecto contará con una página web.
El proyecto, propicia una alianza estratégica entre el sector público, representado por el SAG, INDAP y SEREMI de Agricultura Región de La Araucanía, el sector privado, representado por empresas frutícolas de la Región e Instituciones de I+D, Universidad de La Frontera e INIA Carillanca, lo que permitirá contar con infraestructura y personal altamente calificado para el desarrollo de la propuesta. Además, el proyecto cuenta con la participación de asesores internacionales con amplia experiencia en el tema.
Por último, la ejecución del proyecto presentado refuerza el lineamiento N� 1 del Ministerio de Agricultura de hacer de Chile una Potencia Alimentaria, a través del uso sustentable de los recursos naturales y la protección de la biodiversidad. La tecnología de lechos biológicos viene a reforzar las medidas ya implementadas por el Gobierno para mitigar los posibles efectos adversos que el uso de los plaguicidas representan para el medio ambiente, mejorando la competitividad del sector frutícola regional. |