La principal causa de hemorragia subaracnoídea (HSA) no traumática es la ruptura de aneurismas intracraneales. La ruptura aneurismática tiene una incidencia anual de 5/100.000 habitantes en nuestro país (Alvarez et al, 2005) afectando principalmente al grupo etáreo laboralmente activo con un alto costo para el país. La mortalidad de la HSA aneurismática sigue siendo elevada, aproximadamente un 45% en el primer año y un 15% de mortalidad inmediata luego del sangramiento (Viñuela et al, 2005). La principal causa de muerte luego de un evento de HSA por aneurisma es el resangramiento. La utilidad de un tratamiento precoz de los aneurismas rotos ha sido recientemente demostrada (Wanke et al, 2004). Con el advenimiento de nuevas tecnologías de imágenes encefálicas como la Angio CT y la angiorresonancia (MRA) han aumentado el número de aneurismas cerebrales no rotos pesquisados. El riesgo de ruptura anual de estos aneurismas oscila entre un 0.05 y un 5% con lo cual el riesgo acumulado aumenta dependiendo de factores como la edad, el tamaño de la malformación o la existencia de un aneurisma previo roto, con lo cual la necesidad de tratamiento ha demostrado ser necesaria (Wiebers, 1998). El manejo de aneurismas por via endovascular se inicia en los años 70 con la utilización de balones. Sin embargo, no es hasta comienzos de los años 90, con la creación de espirales de platino con la capacidad de ser desprendidos electrolíticamente desarrollados por Guido Guglielmi (GDC), donde la neurorradiología intervencional inicia un explosivo desarrollo hasta la fecha. Posteriormente, nuevas tecnologías y técnicas como el uso de stents, coils 3D y balones han permitido la embolización de prácticamente todos los aneurismas cerebrales. El Servicio de Neurorradiología del Instituto de Neurocirugía Dr Asenjo, es el principal centro en Chile en el tratamiento con coils de aneurismas cerebrales, patología actualmente incluída dentro del Tercer Régimen de Garantías en Salud (Minsal-Chile, 2007). Desde 1997 a la fecha más de 700 pacientes han sido aquí tratados, con resultados comparables con la literatura internacional (Bravo et al, 2005). Todos los pacientes tratados con coils deben ser seguidos angiográficamente para asegurar la estabilidad a largo plazo de la oclusión del saco aneurismático, el cual podría requerir terapia complementaria en casos seleccionados. Esto usualmente se realiza con una angiografía con sustracción digital (DSA). Dicho test diagnóstico es de naturaleza invasiva, con un 2% de morbilidad y un 0.5% de mortalidad. Además resulta costoso, requeriere hospitalización del paciente y demanda la disponibilidad del equipo de salud que está encargado de tratar nuevos pacientes. Por lo anterior, se ha investigado la utilidad de técnicas no invasivas y menos costosas, y el estudio angiográfico por resonancia magnética o angiorresonancia se ha descrito como una alternativa, cuyo valor diagnóstico se encuentra aún en evaluación (Cottier et al, 2003). Al determinar la utilidad en nuestro centro de la MRA como método de estimación de la oclusión de un aneurisma previamente tratado con coils, nos permitirá identificar aquellos pacientes específicos en los cuales se deberá realizar una DSA como estudio previo a un retratamiento, reservando así este costoso e invasivo estudio a quienes efectivamente lo requieren. Por lo anteriormente expuesto, nuestro seguimiento actual alcanza sólo al 25.4%. Lo anterior redundará en una adecuada gestión de los recursos disponibles, aumentará la calidad y oportunidad de atención de quienes demandan atención. Además se estimulará al seguimiento riguroso de los pacientes tratados a través de la Red de Imagenología Compleja implementada por el Minsal en los hospitales del país, asegurando el manejo de los pacientes incluídos en una patología GES. Hipótesis de Trabajo La MRA es suficientemente específica y sensible para reemplazar a la DSA en el control no invasivo de los aneurismas cerebrales tratados con coils. Objetivo General Determinar la sensibilidad y especificidad de un protocolo de angiorresonancia como test diagnóstico en la estimación de la estabilidad de oclusión de un aneurisma cerebral previamente tratado con coils usando con gold standard la angiografía digital. |