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La marea roja en Chile afecta a más del 95% de sus costas, siendo específicamente la II, X, XI y XII regiones las que se ven mayormente afectadas con este fenómeno. Actualmente, no es posible evitar este problema debido a que aún no se conocen claramente sus causas. Por otra parte, ha sido difícil evitar su propagación, ya que los mares no tienen barreras físicas que impidan que se extienda entre regiones vecinas. Es por esto, que el constante monitoreo es fundamental, ya que es la única herramienta con la que se cuenta para prevenir la aparición de casos de intoxicación y muerte.
Ante lo anterior, el Servicio de Salud Pública a través de su División de Programas de Salud elaboró un Programa Nacional de Prevención y Control de las Intoxicaciones por Marea Roja, con el propósito de minimizar el riesgo de la población de enfermar por consumo de mariscos contaminados por marea roja y conocer, en cada momento, la magnitud, evolución o la historia natural del fenómeno y así detectar o prever cambios que puedan ocurrir, con la finalidad de adoptar medidas eficientes y oportunas que lleven a la prevención y al control de la enfermedad sobre bases seguras.
En Chile el florecimiento más nocivo es el de la especie Alexandrium Catenella, cuya toxina ha ocasionado hasta la fecha 321 casos de intoxicación, con un saldo de 20 muertes. Hoy en día, el método más utilizado y confiable para determinar la presencia de la toxina STX, es el ensayo en ratón, análisis que es utilizado por el ISP, el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) y los Servicios de Salud.
Para llevar a cabo este ensayo es fundamental contar con material de referencia certificado de STX, los que son importados a Chile desde EEUU y Canadá. Debido a la lejanía y al medio de trasporte utilizado estos tardan mucho en llegar, por lo que Chile debe hacer una vez al año grandes pedidos de toxina para cubrir su demanda anual. Esto trae consigo una serie de problemas pues debe justificar ante los productores los grandes volúmenes que se desea importar, lo que no siempre es fácil, además de tener que importar volúmenes determinados según las estimaciones, corriendo el riesgo de que frente a una sobredemanda por aparición de floraciones toxicas irregulares no exista la capacidad de responder. De la misma forma, resulta difícil abastecer de toxina a otros centros de investigación que desean hacer estudios alternativos con esta.
Por lo anteriormente planteado, en este proyecto proponemos implementar la metodología de extracción y purificación de la toxina STX, de manera de más tarde poder escalar su producción. La producción interna de STX permitirá distribuirla a todos las unidades de monitoreo del país, a los centros en los que se desea realizar estudios en los que se requiere el uso de la toxina y a algunos países cercanos.
La metodología propuesta por este proyecto, para la obtención de STX con calidad de MRC, es muy diferente a la utilizada hoy en día por los países productores de la toxina. En este proyecto se pretende obtener STX desde mariscos tóxicos, lo que representa una gran ventaja con respecto a su obtención a partir de microalgas, ya que los moluscos concentran la toxina mientras se alimenta por filtración de las microalgas tóxicas. Esta nueva metodología permitirá purificar y generar gran cantidad de STX, la que será equivalente a la comercialmente disponible, pero más estable en el tiempo.
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