RESUMEN
La agricultura orgánica ha generado en los últimos diez años una verdadera "revolución productiva", desde la creación de marcos legales en muchos países hasta el desarrollo de empresas productoras, comercializadoras y de servicios. Su desarrollo, se debe en parte a una desconfianza cada vez mayor respecto de los alimentos producidos convencionalmente ("mal de la vaca loca", dioxinas, aftosa, organismos genéticamente modificados), preocupaciones ambientales y la convicción entre el público de que los alimentos orgánicos pueden tener mejores características en lo que se refiere al sabor y calidad nutricional.
Sin duda, la proliferación del uso de agroquímicos trajo consigo un aumento en la producción mundial de alimentos, pero a su vez, produjo un crecimiento inesperado de la contaminación de aguas, suelos y aire.
En Chile, se hizo necesario adoptar una política en investigación que esté de acuerdo con el escenario del mundo globalizado y disminuir la grave dependencia del extranjero, que ha significado adoptar tecnologías foráneas en vez de crear una propia que sea compatible con un adecuado uso de los recursos naturales y del ambiente y que dé sustentabilidad al sector agropecuario.
Es en este marco, donde la Universidad de Los Lagos, ha desarrollado la fabricación de un fertilizante de características orgánicas, a partir de un recurso subutilizado y renovable, algas marinas, para mejorar los rendimientos y aumentar las producciones de los cultivos agrícolas del país.
Más de 300 son las especies de algas marinas conocidas en Chile, y sólo 11 logran ser comercializadas y en menor escala, pese a su alto valor proteico. Esta situación motivó una acuciosa investigación por parte de académicos de la Universidad Los Lagos, en estos últimos años, encaminados en descubrir nuevos usos y procesos, para ser utilizado en la fabricación de un fertilizante natural en la agricultura. Estimándose que de aquí a un par de meses estas plantas no vasculares bien podrían revolucionar el medio agronómico, tanto como sustituto en fertilizantes, como por las proyecciones que tendría la iniciativa en el sistema productivo.
Chile, específicamente la Región de Los Lagos, cuenta con una gran variedad de algas marinas muchas de ellas de bajo valor comercial y desaprovechadas como son: Macrocystis pyrifera y Ulva lactuca, conocidas con el nombre común de: sargazo y lechuguilla. Ambos recursos son los componentes predominantes de un poderoso fertilizante, denominado MAKROMIX�, que actúa en las plantas como promotor del crecimiento, producto tecnológico derivado del proyecto "Investigación y desarrollo de tecnología de aprovechamiento de recursos hidrobiológicos para la producción de fertilizante orgánico sobre la base de especies algales y desechos de la industria pesquera" FONDEF D00I1154.
En esa ocasión, como presentación inicial del proyecto, se señaló que, en un plazo de 10 años ya no será posible exportar, a los mercados más desarrollados, productos que no cuenten con certificación orgánica, esto es, lograr un sistema integral de producción agropecuaria basado en prácticas de manejo ecológicas, para alcanzar una productividad sostenida en el tiempo a base de la conservación y/o recuperación de los recursos naturales renovables sin uso de agroquímicos. Además, se acotaba que Chile podría comercializar en los próximos 10 años valores cercanos a los US$ 50.000.000 anuales de este tipo de insumos, creando así una nueva e interesante alternativa económica.
El tema resulta ahora más sensible, al conocerse el inmenso impacto que ocasionó la firma de convenios comerciales con EE-UU, Europa y países del Asia, recibida con inquietud por el sector agrícola. La competitividad en agricultura, es algo muy importante para alcanzar posiciones significativas en el comercio internacional, ya que cada vez es más parecida a la de los productos industriales no agrícola, en el sentido de que constantemente incorpora más tecnología, métodos de mercadeo y financiamiento.
Es en este escenario, la Universidad de Los Lagos propone en este proyecto de transferencia tecnológica la "Promoción y comercialización del paquete tecnológico para la producción de fertilizante orgánico a base de algas marinas, MAKROMIX�", para su venta en Chile.
Dicho paquete tecnológico consta de los siguientes componentes:
I.- Patente (en trámite), título "Proceso productivo para la elaboración de un complemento orgánico para la fertilización de vegetales a base de especies algales", solicitud N� 24 del DPI. (Patente que detalla todo el proceso de producción, requerimientos en infraestructura y equipamiento para desarrollar un producto acorde a la normativa internacional de producción orgánica).
II.- Marca MAKROMIX� (Registrada en cuatro clases de productos según normativa, Clases 1; 35, 42 y Est. Industrial 1).
III.- Certificación orgánica, otorgada por la certificadora alemana BCS OKO-GARANTIE, según consta en certificado UNI- LAGOS- 7921/09.03/3701-CL. Acreditada en mercados de la UE; USA y Japón.
Resultados de los centros demostrativos a nivel comercial en diferentes cultivos de alto impacto económico en el sector agrícola, forestal y hortícola, (cabe destacar que la Universidad atendiendo el año agrícola ya implementó algunos centros dado que sus tiempos de siembra son a partir de septiembre de cada año). La finalidad de dichos centros es comparar los atributos del producto MAKROMIX� respecto a los de la competencia (importados y nacional ) .
V.- Asistencia técnica a los compradores del PT, en materias relacionadas al proceso de producción y aplicación del producto final, según tipo de cultivo.
El mercado objetivo para la transferencia tecnológica son:
a) Empresas del rubro agrícola y forestal.
b) Asociaciones y cooperativas de medianos y pequeños agricultores.
c) Nuevos inversionistas.
d) Empresas procesadoras de algas marinas.
e) Empresas del rubro acuícola, interesadas en complementar o diversificar su producción.
La estrategia de transferencia se concentrará en su primera etapa, en diseñar e implementar centros demostrativos a nivel comercial, privilegiando cultivos que el proyecto I+D, experimentalmente, obtuvo excelentes resultados, y que según información proporcionada por ODEPA, años 2002-2003, representan el siguiente potencial:
a) Trigo, avena, cebada, raps, maíz, papas y remolacha, 753.330 há. cultivadas.
b) Vides viníferas, de mesa y pisquera, 168.440 há, cultivadas.
c) Durazno, limones, manzanas, naranjo, paltos y arándanos, 79.846,6 há. cultivadas en Chile.
d) Tomates, que representan 21.756 há.
e) Viveros forestales, un total de 100 millones de plantas.
f) Hortalizas, 93.804 há.
g) Praderas mejoradas, 614.804 há.
Los centros demostrativos, imprescindibles en cualquier producto de esta naturaleza, permitirán medir el uso comercial del producto MAKROMIX�, en el mercado nacional, comparándolo con los cinco fertilizantes en base a algas existentes en el mercado, de los cuales cuatro de ellos son importados y ninguno es orgánico.
Se propone que al término del proyecto se firmará contrato de transferencia con las dos empresas contrapartes, las cuales han mostrado real interés en desarrollar la tecnología, con la asesoría del equipo investigador de la Universidad.
Las características del contrato de transferencia, se determinarán al término de las negociaciones con cada una de las empresas. Para efectos del presente proyecto y evaluación económica del mismo, el contrato se hará por un mínimo de 10 años, estimando un ingreso para la Universidad equivalente al 5% de las ventas netas en los primeros cinco años y del sexto año en adelante un 3% de las ventas netas por concepto de royalties.
De igual forma se evaluará la factibilidad de incorporar dos empresas más en el cuarto año y otras dos en el sexto año, sobre la base que el nivel de desarrollo de la tecnología permitirá el ingreso de nuevos inversionistas ubicados en otras regiones del país. |